¿Y si te digo que no importa qué tan pequeño te sientas o seas, existe una manera donde siempre podrás defenderte frente a cualquier persona o situación practicando la filosofía que hay detrás del Jiu-Jitsu?
Si me sigues sabes que a mediados de Abril me uní a una academia de Jiu-Jitsu maravillosa en la Bahía más linda de Brasil. Es alucinante como este arte marcial no solo me ha enseñado técnicas de defensa personal, sino que también he encontrado mucha relación con las seis necesidades humanas desarrolladas por Tony Robbins. Te voy a mostrar cómo el Jiu-Jitsu me ayuda a cubrir cada una de estas necesidades.
Cómo el Jiu-Jitsu Satisface tus Necesidades Humanas
Certeza
La certeza nos proporciona una sensación de seguridad y estabilidad. En el Jiu-Jitsu, esta necesidad se satisface a través de la rutina y la estructura de las clases. Cuando llegas a tus clases sabes que comenzarán puntualmente, incluirán un calentamiento, luego la práctica de técnicas específicas y terminará con el sparring. Que sea tan previsible te da una base sólida para construir tu confianza y habilidades.
2. Incertidumbre
Aunque la certeza es importante, también necesitamos variedad para no aburrirnos. El Jiu-Jitsu ofrece esta incertidumbre en cada sesión de sparring. Cuando «rolas» con un compañero, nunca sabes exactamente qué técnicas utilizará o cómo responderá a tus movimientos. Esta incertidumbre hace que cada sesión me desafíe a mi misma y sea realmente emocionante. Ni hablar de cómo esto estimula nuestra mente y cuerpo.
3. Significancia
Todos queremos sentirnos importantes y valorados. En el Jiu-Jitsu, la significancia se refleja en el sistema de cinturones. Para mi todo el proceso ya es un logro pero aquí cada vez que alcanzas un nuevo nivel se te da un reconocimiento por tu dedicación y progreso. Esto en lo personal me motiva mucho a seguir mejorando y esforzándome para seguir aprendiendo.
4. Conexión y amor
El Jiu-Jitsu fomenta un fuerte sentido de comunidad. A medida que entrenas y compites, formas lazos con tus compañeros de clase y tus instructores. Estas conexiones son muy auténticas, puedo sentir el apoyo en cada sesión. Compartir tus logros y ver evolucionar a tus compañeros es gratificante.
5. Crecimiento
El crecimiento personal es una necesidad fundamental para sentirse realizado. El Jiu-Jitsu te obliga a mejorar constantemente tus habilidades físicas y mentales. Cada sesión me desafía a aprender algo nuevo, a refinar mis técnicas, a conocer y superar mis límites. Este proceso continuo de aprendizaje y mejora personal me hace sentir más fuerte y segura de mi misma.
6. Contribución
¡Mi favorita! Todos queremos sentir que estamos contribuyendo de alguna manera. En el Jiu-Jitsu, una vez que has alcanzado un cierto nivel de habilidad, puedes comenzar a enseñar y guiar a los nuevos estudiantes. Compartir tu conocimiento y ayudar a otros a mejorar no solo fortalece mi comprensión de lo que estoy aprendiendo, sino que también me brinda una profunda sensación de propósito y satisfacción.
BONUS: Del Tatami a tu Vida Diaria
Todo lo que he ido aprendiendo en estos últimos meses también me ha ayudado a seguir cultivando mis valores fundamentales que fortalecen mi carácter y me guían en mi día a día.
Respeto: Hacia tus compañeros, tus instructores y a ti mismo. Aprender a respetar las diferencias y valorar las contribuciones de cada persona en el tatami es ley!
Humildad: Reconociendo tus límites y trabajando para superarlos sin arrogancia. El Jiu-Jitsu te enseña que siempre hay algo nuevo por aprender y alguien de quien aprender.
Paciencia: En el aprendizaje y la perfección de técnicas complejas. Entender que el progreso LLEVA TIEMPO y que cada pequeño paso cuenta, es crucial!
Persistencia: La perseverancia en el entrenamiento fortalece tu capacidad de enfrentar adversidades en tu vida diaria.
Responsabilidad: La disciplina necesaria para asistir a las clases regularmente y esforzarte en cada sesión se traduce en responsabilidad personal.
Llamado a la Acción
Si estás buscando una actividad que no solo mejore tu salud física, sino que también enriquezca tu vida emocional y social, encuentra el tatami más cercano, ponte tu gi y descubre cómo este arte marcial puede satisfacer tus necesidades más profundas y ayudarte a alcanzar tu máximo potencial.
Gracias Dios por ponerme este deporte maravilloso en mi vida y gracias infinitas a Narinha, mi amiga que me motivó a entrar al tatami.
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Desde pequeña, me educaron con la noción de que tener siempre más de algo es preferible a tener menos. Incluso cuando comencé a estudiar economía, aprendí que para el individuo, siempre «más es mejor». Esta idea está relacionada con el principio de maximización de la utilidad, donde los consumidores buscan maximizar su satisfacción al consumir más bienes y servicios.
Es curioso cómo antes estos términos me parecían complicados, pero ahora me resultan bastante interesantes. “Más es mejor” se relaciona con la Ley de Utilidad Marginal Decreciente. Imagina que tener muchos zapatos te hace feliz. El primer par de zapatos te hace muy feliz, el segundo también, pero un poco menos. A medida que compras más zapatos, cada par te hace menos feliz que el anterior. Sin embargo, tener más zapatos en total sigue siendo mejor que tener pocos, porque sigues disfrutando de ellos. Esto es lo que significa «más es mejor».
Ahora, te estarás preguntando, ¿qué tiene que ver esto con el minimalismo? Pues, como mencioné al comienzo, por muchos años viví con la ideología de que quien tiene más es más feliz, más exitoso, más fuerte, etc. Hasta que, sin darme cuenta, el minimalismo llegó a mi vida y mi perspectiva cambió radicalmente.
A Veces, Menos es Más: Minimalismo
El minimalismo es todo lo opuesto a lo que acabas de leer. Es vivir con menos cosas, solo con lo que realmente necesitas y te hace feliz. En lugar de tener muchos zapatos, ropa o cosas que no usas, el minimalismo te enseña a elegir solo tus favoritos. Así, tienes más espacio, menos desorden y puedes disfrutar más de las cosas que tienes. Además, te ayuda a valorar más lo importante, como pasar tiempo con la familia y amigos.
Obviamente, quiero compartirte lo que hice para incorporar el minimalismo a mi vida. ¡Así que aquí vamos!
Elige tus favoritos
Revisa tus cosas y elige solo lo que más te gusta y usas. Dona o regala el resto. Esto te ayudará a reducir el desorden y a apreciar más lo que tienes. Si no lo has usado en los últimos 6 meses, dile adiós.
2. Ordena tu espacio
Mantén tu hogar limpio y organizado. Un espacio despejado puede contribuir a una mente más clara y tranquila. Esto incluye organizar tus áreas de trabajo y descanso.
3. Conéctate con la naturaleza y disfruta de lo simple
Pasa más tiempo al aire libre, como en la playa o en un parque. Enfócate en actividades que no necesitan muchos objetos, como leer un libro, dibujar o estar con tu familia y amigos. Valorar las experiencias por encima de las posesiones te ayudará a llevar una vida más plena y significativa.
Bonus: También quiero compartir contigo un documental que me impactó profundamente. Joshua Fields Millburn y Ryan Nicodemus nos enseñan cómo podría ser mejor la vida con menos. Te recomiendo no solo verlo, ¡sino aplicarlo! Puedes encontrarlo aquí: Documental en Netflix.
Toma Acción
Si estás buscando una manera de simplificar tu vida y encontrar un mayor sentido de propósito y bienestar, te invito a considerar el minimalismo. Empieza por deshacerte de lo innecesario y enfócate en lo que verdaderamente te aporta valor. Este estilo de vida me ha permitido redescubrir lo que realmente importa y me ha proporcionado una mayor paz interior y claridad mental. Porque recuerda: A veces, menos es más.
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Más Allá de lo Material: ¿La Contribución y la Salud Mental?
¿Cómo es posible que dar a otros beneficie mi salud mental? En un mundo donde la búsqueda de la felicidad y el éxito a menudo se mide por quién adquiere más bienes materiales, como la casa más grande, una cuenta bancaria con muchos ceros, el carro más lujoso y las vacaciones más exóticas, surge un problema crucial: la desconexión entre nosotros y nuestro entorno. Esta desconexión se refleja en el aumento de la soledad, el estrés y la insatisfacción personal. Nos sentimos atrapados en una rutina sin propósito, buscando sentido en logros materiales y profesionales que no siempre llenan ese vacío emocional y espiritual.
El problema surge cuando esta falta de conexión se convierte en obsesión con el éxito. Y puede llevarte al egoísmo, la competencia desmedida y la explotación de recursos, tanto humanos como naturales. Esa mentalidad que prioriza el «yo» sobre el «nosotros» deteriora poco a poco nuestra sociedad y opaca cada vez más la empatía y la solidaridad. Con respecto a nuestra salud mental, la falta de propósito y comunidad puede llevarte a la depresión y la ansiedad.
El Impacto de Ayudar a Otros
Ahora que ya sabemos todo lo negativo, quiero contarte los beneficios que nos brinda la contribución a nuestra vida:
Ayudar a los demás y participar en actividades de voluntariado puede reducir significativamente el estrés y la ansiedad. Al enfocarnos en las necesidades de otros, alejamos nuestra mente de nuestras propias preocupaciones, lo que genera una sensación de tranquilidad y propósito.
Contribuir al bienestar de otros libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad. Mejora nuestro estado de ánimo y aumenta los sentimientos de satisfacción y alegría.
Contribuir nos ayuda a crear y fortalecer lazos sociales, brindándonos un sentido de pertenencia y conexión con nuestra comunidad. Esta red de apoyo social es esencial para una buena salud mental, nos ayuda a combatir la soledad y nos da apoyo emocional cuando lo necesitamos.
Toma Acción
Es obvio que existen soluciones y formas de comenzar a contribuir de manera significativa, tanto con recursos financieros como sin ellos. Así que aquí te muestro cómo puedes contribuir al mundo:
Voluntariado: Dedicar tiempo a organizaciones benéficas, hospitales, refugios de animales, centros comunitarios o programas de tutoría. Tu tiempo y esfuerzo pueden hacer una gran diferencia en la vida de otras personas o animales.
Comparte lo que sabes: Ofrecer tus habilidades y conocimientos de forma gratuita. Puedes enseñar a alguien a leer, dar clases de idiomas, brindar asesorías. Todos somos buenos en algo, es hora que lo compartas.
Comunidad: Involúcrate en proyectos y actividades comunitarias. Organiza o participa en eventos locales, como limpiezas comunitarias, campañas de reciclaje, o actividades culturales y deportivas que fortalezcan el sentido de comunidad y apoyo mutuo.
Pequeños actos de bondad y generosidad: Escuchar a alguien que necesita ser oído o ayudar a un vecino con sus compras, también crean una red de apoyo y sentido de comunidad.
Desde que me empecé a enfocar en cómo puedo aportar bienestar al mundo, no solo ayudo resolver problemas sociales y ambientales, sino que también he encontrado un sentido más profundo y duradero en mi vida. La contribución no solo es un acto de generosidad, sino una fuente de plenitud y propósito.
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Y si te digo que puedes acabar con el estrés si comienzas a practicar la gratitud? Kini, P., Wong, J., McInnis, S., & Gabana, N. revelan en su estudio «The effects of gratitude expression on neural activity» cómo tu cerebro libera neurotransmisores (oxitocina, serotonina, dopamina) cuando expresas gratitud. ¿Y qué pasa con esos neurotransmisores? Pues comienzan a generar una regulación emocional, el estrés disminuye y entras a una estado de calma que te eleva a sensaciones y emociones agradables.
Desde pequeña he tenido la bendición de que mis padres sembraron en mí el agradecimiento y ahora considero que lo he fortalecido muchísimo más. Yo soy la prueba viviente de que sí es posible tener una vida sin estrés. Eso no significa que no tenga problemas en mi vida (mis primeros artículos son prueba de ello) y todo sea arcoiris y unicornios. Pero cuando esos desafíos llegan a mi, solo agradezco y es alucinante cómo la perspectiva de ver mi mundo cambia.
Agradece las Cosas Simples que Nos Da la Vida
Mientras respiraba en posición savasana, mi profesora de yoga decía estas palabras «Recuerda el poder que tiene nuestro corazón, recuerda que él no deja de palpitar desde que estás en la barriga de tu mamá» para mi eso fue tan revelador y gratificante. Ser consciente del gran trabajo que hace cada uno de nuestros órganos, mientras nosotros simplemente existimos. Desde ese día agradezco por absolutamente todo. El hecho de poder haberme despertado hoy, de tener agua, comida, de poder moverme, de poder escuchar los sonidos de la naturaleza, de oler mis comidas favoritas, no acabaría este artículo si comienzo a enumerar por todo lo que estoy agradecida.
Gratitud en Acción: ¿Cómo me Liberé del Estrés?
Tengo mi top 3 de acciones que he incorporado desde hace dos años atrás y si me sigues sabes el gran cambio que ha dado mi vida.
Experimenta la gratitud a través del voluntariado: ¡Este definitivamente es mi favorito! Inténtalo una vez al mes o una vez a la semana. Vivir en servicio amplía tu perspectiva de cómo ves el mundo y contrarresta las emociones negativas. Porque no hay nada más inspirador y gratificante que ayudar a personas que te necesitan.
Practica la gratitud diaria: Tengo un cuaderno de agradecimiento, donde todas las mañanas escribo 3 cosas por las que estoy agradecida. En las noches agradezco cuando hablo con Dios. El agradecimiento en las noches es un plus porque programa mi cerebro y entro a un estado de calma; esto me permite dormir mejor.
Gratitud visual: Estoy segura que hace mucho tiempo no te detienes a ver tu alrededor. No aprecias el escritorio que tienes para poder trabajar, esos lapiceros que te permiten llenar de apuntes tu agenda e incluso esa silla que te sostiene por largas horas de lunes a viernes. Tómate un momento para apreciar estas cosas y agradecer por ellas.
Cuando empieces a vivir en agradecimiento estoy segura que no habrá marcha atrás. Tu capacidad de apreciación en el mundo, tu autoestima y tu resiliencia se elevarán. Esto no solo tendrá consecuencias en ti, si no que también en las personas que te rodean. Vas a desarrollar una capacidad de ponerte en los zapatos del otro, tu empatía se potenciará. La gratitud es la madre de todas las cualidades, te ayuda a sentirte más feliz, es un gran soporte para disminuir el estrés, incluso la depresión. Te ayuda a abrazar, a afrontar las dificultades y transformarlas a una forma más ligera. Todos estos beneficios en la salud mental, ¿adivina qué? también son beneficios para tu cuerpo, o sea, salud y bienestar potenciado.
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Esta semana Dios me escogió como su mejor guerrero. Todo comenzó este lunes a primeras horas, un horrible dolor dentro de mi oreja me despertó a las 2:00 am. El dolor era tan fuerte que tuve que tomar dos paracetamol (los que me conocen saben que no suelo tomar medicamentos). Como hace tiempo no tomaba pastillas el efecto para mi fue inmediato y me mandó de regreso a la cama en menos de 10 minutos. Amanecí “bien”, hice mi rutina matutina y de repente al medio día el dolor regresó. Fui de emergencia al doctor, me pusieron una inyección que me calmó bastante, me recetaron dos tabletas de Ibuprofeno y unas gotitas para mi oído. Llegué a casa, tomé el Ibuprofeno y comencé a sentir palpitar mi ojo derecho. De inmediato, me acordé que soy alérgica a ese medicamento. Ahora no solo tenía un dolor en el oído sino que también un ojo hiper hinchado. Pero ¿Qué pasó? ¿Esto fue de la nada?. Claramente no, nada pasa por casualidad, todo es por causalidad.
Las últimas 3 semanas he estado viviendo en piloto automático, me convertí en una máquina de hacer, prioricé muchísimo el checklist que tenía en mi agenda y por más que habían días en los que me sentía agotada, no escuchaba mi cuerpo y seguía llevándolo al límite.
Por otro lado, este mes he tenido algunos desafíos con una persona que amo mucho, nuestra relación no ha estado caminando bien y sin darme cuenta he permitido que me afecte emocionalmente. Sin embargo, yo seguía en modo máquina y cada vez me alejaba más de esta persona por que estaba enfocada en cumplir mis objetivos.
Y la gota que derramó el vaso fue una de mis más grandes pasiones; el surf. Ustedes saben que amo el surf, aquí en Brasil el agua es calientita y sin darme cuenta a veces me quedaba entre 2 a 3 horas dentro del mar. El domingo tuve un exceso, estuve más de 4 horas dentro, nadie me sacaba; incluso me picó una malagua, pero ni ella pudo contra mi. Estaba tan conectada con el mar, que ni siquiera me percaté de que el sol estaba ardiendo en llamas. Y bueno, el resultado de todo esto que les he contado, fue un terrible dolor y malestar en mi oído derecho que hasta ahora lo sigo tratando.
¡Basta de Ignorar! El Cuerpo Habla: Aprende a Interpretar sus Susurros
¿Pero a qué voy con todo esto? Hoy quiero que reflexionemos juntos y aprendamos a escuchar nuestro cuerpo. Él nunca se equivoca. Te voy a compartir lo que aprendí de Nadia Giraudo una reconocida terapeuta y psicóloga argentina que ha desarrollado un enfoque holístico para comprender el cuerpo y su relación con la mente y el entorno a través de la Biodecodificación.
Escucha activa: Cuando ya estaba con el ojo y oído inflamados, recién me preocupé y decidí escuchar mi cuerpo. Observé las sensaciones físicas que experimentaba, si tenía tensiones musculares, dolor o molestias en otras zonas. También puse atención a cómo reaccionaba mi cuerpo ante diferentes situaciones, emociones y entornos. Esto te va a permitir conectarte con las señales que tu cuerpo te está enviando, lo que puede proporcionar pistas sobre tus necesidades físicas, emocionales y mentales.
Auto indagación emocional: Profundicé mis emociones y pensamientos. Recuerdan que les conté que he tenido algunos desafíos con una persona muy especial para mi. Bueno, según la Biodescodificación, el dolor de oído está asociado con la capacidad de escuchar y comunicarse. Esto suele surgir cuando hay dificultades para expresar nuestros sentimientos o cuando nos sentimos «sordos» a las necesidades emocionales de los demás. Y bueno… no puede estar más ligado con lo que estaba pasando con esa persona. Así que pregúntate cómo te sientes en diferentes momentos del día y qué desencadena esas emociones. La auto indagación emocional te ayuda a comprender cómo tus emociones y pensamientos impactan en tu cuerpo y viceversa.
Prácticas de autocuidado: Esto para mí es básico, por más que mi cara estaba deformada el lunes y martes, no dejé de cuidarme. El lunes la pasé todo el día en cama porque las pastillas me hicieron dormir muchísimo, pero el martes ya tenía un poco más de energía (a pesar de que el dolor intenso seguía). Me puse linda y justo llegó un amigo a traerme un postrecito para animarme el día. El miércoles regresé al gym, hice una sesión más ligera, obvio nunca faltó la meditación y un buen descanso. La alimentación aquí también es crucial y el establecimiento de límites saludables en tus relaciones y actividades diarias. Al priorizar el autocuidado, te brindas a ti mismo el apoyo que necesitas para mantener un equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu.
Mis no negociables no tienen que ser los tuyos, por eso te voy a compartir ideas para que construyas tu propia lista, porque cada uno debe conocer sus límites y defenderlos.
BONUS:
Te comparto el libro de Nadia Giraudo: Amazon Store
Te comparto el perfil de Domenica Vallejo, quien hace sesiones de Bioneuroemoción en Perú: ¿Qué nos dicen los síntomas?
Llamado a la Acción
No esperes a que Dios te escoja como su mejor guerrero y empieza a conectar más con tu cuerpo. Nuestro cuerpo nunca nos falla; es un mensajero fiel de nuestras necesidades y deseos más profundos. Nuestras interacciones con el mundo exterior, nuestras relaciones interpersonales y nuestras experiencias emocionales influyen en la forma en que nuestro cuerpo responde y se manifiesta. Así que esos dolores de cabeza, espalda o lo que suele ser muy común en las mujeres, los dolores de menstruación (a mi me solía doler muchísimo antes de cada periodo, pero cuando empecé a escuchar y entender más mi cuerpo los dolores fueron desapareciendo y no necesité de ningún fármaco, tal vez escriba sobre eso más adelante) NO son normales. Es hora de dejar de ignorar sus señales y comenzar a escuchar con atención lo que tiene que decirnos.
Es muy cómico porque tenía muchas ganas de escribir esta semana pero no sabía qué tema tocar, y lo que me pasó fue el contenido perfecto para compartir con ustedes. Estoy escribiendo esto y aún sigo reflexionando, escribir se ha vuelto en una terapia maravillosa para mi. Estoy agradecida con cada personaje que encontré esta semana en el hospital. Yo estando en Brasil, me asusté mucho porque no me suelo enfermar de esta manera. Pero ellos me han hecho sentir como si estuviera en mi propio país.
Abrazo a cada una de las personas que me han ayudado, la recepcionista, los enfermeros, doctores, los chicos de la farmacia, todos. También un enorme gracias a Eliel, quien vino a visitarme el martes con un postrecito para alegrarme la tarde, la conversación que tuvimos era la que tenía que escuchar. Y no puedo estar más bendecida de tener a una hermana tan poderosa, ¡Gracias Mille!. Esa videollamada fue mi mejor medicina.
Gracias Dios por escogerme esta semana, cada día me haces más fuerte.
¡Bravo por llegar hasta aquí! Si te ha encantado lo que acabas de leer y sientes que merece un aplauso (o incluso un cacaocito virtual), considera apoyarme. ¡Invierte en risas, inspiración y un toque de locura positiva! Tu contribución ayuda a mantener este show en marcha. ¡Gracias por formar parte de esta experiencia y apoyar con estilo!