Llegó el día de la renovación de mi contrato, estaba en la empresa de mis sueños. Había logrado negociar condiciones excepcionales: trabajar 100% de forma remota con un respaldo económico favorable y mayores beneficios. Yo estaba muy contenta con ellos, me atrevo a decir que esa empresa es un paraíso laboral, estaba en un ambiente donde me sentía escuchada, respetada y con amplias oportunidades de crecimiento profesional. Ni que decir con los fundadores, una familia inspiradora y con una humildad sin límites. Tenía todo lo que siempre había deseado, incluso la libertad de trabajar desde cualquier rincón del mundo. Pero a pesar de todo esto, algo en mi interior se resistía. No dejaba de preguntarme qué era lo que estaba pasando conmigo en ese momento. Entonces ¿qué crees que pasó con esa renovación de contrato? No la firme, decidí abrazar mi salario emocional antes que mi cuenta bancaria. Sigue leyendo y descubre si valió la pena.
¿Qué fue lo que finalmente me hizo abrir los ojos? ¡Mi tiempo! Me di cuenta de que no era dueña de mi propio tiempo, y eso era lo que me estaba afectando. Desde el 2018, caí en la trampa de seguir las reglas preestablecidas por la sociedad. Trabajar de lunes a viernes, e incluso algunos sábados, de 9am a 6pm. Sumando un total de más 40 horas semanales y 1,920 horas al año (porque, ¿quién no se ha quedado hasta tarde en la oficina alguna vez?).
Sí, estaba haciendo lo que me gustaba, es más me encantaba ser miembro de una organización. Pero descubrí que para mi, el trabajo NO es más importante que vivir cada segundo haciendo actividades que me enriquecen no solo económicamente si no aún mejor, que me llenen el alma, el corazón, que me hacen sentir feliz. Mi vida no puede estar desperdiciada en más de 1,920 horas al año frente a una pantalla de computadora. ¿Esperar ansiosamente los viernes para «disfrutar» o anhelar mis vacaciones de solo 30 días para escapar al lugar de mis sueños? ¡No, eso no es aceptable!
Para mi eso no es normal porque encontré una manera de vivir en balance y sé que sí es posible trabajar en lo que amo, ganar dinero ayudando a las personas y lo más importante honrando inmensamente mi tiempo.
¿Cómo lo hice? te comparto en 3 pasos lo que me ayudó a escapar del normalizado de “9am a 6pm”:
- Me aseguré de que al menos 6 meses iba a poder vivir sin ningún ingreso: Nada sucede en vano, estoy inmensamente agradecida por cada oportunidad que me dieron al pertenecer a una organización por que gracias a ellos, he desarrollado diversas habilidades, que me han permitido hoy en día tener un proyecto grande con mi papá y seguir creando más. Los 6 años de trabajo también me permitieron ahorrar lo suficiente para tomar esta decisión. A lo que voy con todo esto, es que paralelo a mis trabajos “seguros” siempre he tenido el espíritu emprendedor. Nunca he dependido de un solo ingreso. Gracias a eso, pude decir «NO» cuando lo necesitaba. Salir de la seguridad de un salario mensual fue una experiencia intensa, pero eso me impulsó a esforzarme aún más por lo que quería. Y creéme que cada acción vale la pena y la recompensa es ¡de otro planeta!
- Apague mis miedos: Yo tengo una vocecita muy perturbadora dentro mío, siempre cuestionando todo y haciéndome sentir que no lo voy a lograr. Pero le demostré con mis ACCIONES que estaba equivocada. Descubrí que los pensamientos negativos o de temor sí pueden ser controlados. Porque si demuestras con acciones concretas y reales que sí puedes, esa vocecita ya no tendrá más opción que quedarse callada. Pero tienes que TOMAR ACCIÓN.
- Tuve un objetivo dentro de esos 6 meses: Me mude al norte del país, porque era algo que quería hacer tiempo atras. Pero tenía el temor de que no me guste porque iba a ser un cambio muy brusco al salir de la ciudad e ir a un pueblo pequeño. Pero antes de comprar el ticket me juré que al menos iba a estar ahí seis meses, sin importar incomodidad o independientemente de los desafíos que enfrentara. Paralelamente, iba a trabajar mucho en mi desarrollo personal. Y eso fue lo que exactamente hice.
Entonces, si tu actual trabajo no te hace sentir feliz, te hago un urgente llamado a la acción para que te cuestiones qué está pasando. En mi caso, descubrí que el problema era el tiempo, pero en el tuyo puede ser diferente. Tal vez anhelas la opción de trabajar 100% de forma remota, o tal vez prefieres un híbrido entre la oficina y el trabajo en línea. Quizás lo que necesitas es que respeten tu horario o quizás eres independiente y estás buscando trabajar en una empresa (te recomiendo que apliques a la que yo pertenecía, es la mejor!). Ninguna de estas opciones está mal, lo que está mal es vivir tus días sin aprovecharlos al máximo. Cada acción que realizamos debe estar orientada hacia nuestro bienestar y el bienestar común.
Te pregunto: ¿Cuál es tu parte favorita de tu trabajo actual? ¿Qué es lo que más disfrutas hacer en tu día a día laboral? ¿Has tenido alguna experiencia reciente en el trabajo que te haya hecho sentir especialmente contento? Si no puedes identificar momentos favoritos, nada que disfrutes o incluso experiencias que te hagan sentir especial en tu trabajo, ¡Huye por favor!
Ahora, no tengo palabras para describir la libertad que estoy experimentando. Trabajo cuándo y dónde quiero. Si me apetece explorar un lugar nuevo un lunes a las 10:00 de la mañana, ¡allí estoy sin dudarlo! Si de repente se presentan buenas olas entre semana, dejo mi laptop y me lanzo a surfear. Si mis nuevos vecinos me invitan a pescar, corro directo al puerto. Y si surge la oportunidad de hacer voluntariado durante la semana, no lo pienso dos veces, reorganizo mi agenda y me uno a ellos.
Por supuesto, hay días en los que trabajo duro, pero la diferencia es que lo hago porque YO QUIERO estar frente a mi laptop todo el día. No lo hago por cumplir un horario, y eso para mí es simplemente maravilloso. Al escribir este artículo me he dado cuenta que si en este momento decido dejar de trabajar y convertirme en hippie, gracias a Dios tengo la libertad de hacerlo. Actualmente, puedo mantenerme durante 3 años sin trabajar, y por ahora uno de mis objetivos es aumentar esa cifra continuamente.
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