Con más de 16 citas en un año a través de la app de la «Llama de Fuego», déjame llevarte por un viaje personal y mostrarte mi lección aprendida en aplicaciones de citas. A mis 24 años, recibí propuestas de matrimonio, ofertas de viajes, departamentos e incluso ciudadanías. Pero, ¿Era eso lo que realmente buscaba?, ¿Cuáles eran mis expectativas y creencias al tener encuentros a través de esta aplicación?, ¿Cómo esas experiencias influyeron en mi estado emocional y mental? En este artículo, comparto las lecciones que aprendí mientras navegaba en el intrigante mundo del amor virtual..
En el 2022 caí en la trampa sin darme cuenta. Me volví adicta a la búsqueda constante de nuevas conexiones. Se acercaba el fin de semana y yo ya tenía a alguien con quien “divertirme”, no voy a negar que en ese momento estaba fascinada en conocer a mi cita, pero en paralelo mi corazón guardaba pleitos familiares y 3 años sin hablar con papá. Estaba tan enviciada y distraída con la app que estos encuentros me llenaban emocionalmente. Sin embargo, cada uno de ellos iba deteriorando mi ser, porque claramente esas citas no eran genuinas. Solo quería escapar de mi realidad y encontrar ese cariño paternal que en ese momento carecía.
Esto por supuesto trajo consecuencias negativas, las conexiones que tenía eran fugaces. No me daba cuenta pero mi autoestima sufría bajo la constante búsqueda de validación en este mundo virtual. En ese momento, yo lo veía completamente diferente, recuerdo que celebraba y compartía con mis amigas con quién habíamos estado el fin de semana. La superficialidad en la que vivía era obvia, pues solo conectaba con personas que tenían un buen físico y dejaba de lado sus valores. En simultáneo, mi sexualidad claramente no era prioridad.
Mis experiencias fueron un sin parar de travesuras y situaciones incómodas. Sin embargo, cada una de ellas, dejó su propia lección valiosa. En una de las citas, conocí a un hombre con un corazón muy bondadoso, que su más grande prioridad era que yo me sienta como una reina. Estaba tan comprometido e ilusionado con lo que habíamos formado que decidió comprar una casa en Cuenca, Ecuador para irnos a vivir allá.
El tiempo pasó y a un mes de irnos me dijo que quería conversar conmigo. Recuerdo que estábamos en la sala y escuche una voz de impotencia y tristeza lanzando una pregunta, “¿Emilia, tú me amas?”. Nunca respondí, pero mi silencio sí lo hizo. En ese momento descubrí que solo quería estar fuera de la casa de mis padres, por los malos momentos que estábamos pasando. Por eso, aceptaba todo lo que él me ofrecía y yo me contaba una historia de amor que jamás existió. Fue ahí que me di cuenta de que no me estaba amando lo suficiente y esto no me permitía amar a otra persona. Pero lo que también entendí es que la autenticidad es la clave y que las conexiones más profundas surgen cuando somos honestos con nosotros mismos y los demás.
Reconocer mi adicción fue el primer paso hacia la liberación. Dejé atrás las aplicaciones de citas y me embarqué en un viaje de desintoxicación emocional y mental que cambió mi perspectiva por completo. Me mantenía ocupada con actividades que me llenaban el alma, el deporte y la meditación fueron mis aliados. Esto a corto plazo generó que establezca metas personales y profesionales en mi vida.
Estaba tan enfocada en alcanzarlas que me ayudó a eliminar la dependencia que tenía con la aplicación de citas. También, empecé a conectar con mis amigos y fortalecer los lazos familiares pasando más tiempo con ellos. Por último, algo valioso para mi fue hacer una autorreflexión sobre qué es lo que yo quería a largo plazo en mis relaciones de pareja y me aseguré de que mis acciones estén alineadas a lo que yo realmente deseaba en mi vida.
Al abandonar el mundo de las citas virtuales, en cuestión de meses experimenté conexiones más reales y significativas. El siguiente año tuve una relación de película con un hombre espectacular que conocí en el mar mientras surfeaba las olas del Norte Peruano. La conexión fue tan mágica y auténtica que decidimos irnos a Ayampe, Ecuador a seguir viviendo esa linda aventura. Yo me sentía muy diferente, segura de mi misma al 100%, y agradecida de poder compartir momentos únicos con él.
Otra de las cosas positivas que he notado es que atraigo mucho a personas que están en el mismo viaje de autodescubrimiento al igual que yo. Eso me pone muy feliz y no dejo de sonreír. Para mi, estos son ejemplos tangibles de cómo las conexiones genuinas florecen fuera del mundo virtual de las citas. Mi historia respalda la idea de que hay riqueza real en las relaciones cara a cara.
Si estás atrapad@ en la apps de citas, mi llamado a la acción es claro: ¡Una pausa de 3 meses para hacer MATCH contigo mismo! Busca conexiones en lugares donde puedas encontrar gente con metas similares a las tuyas y tengas el privilegio de tener conexiones genuinas y auténticas.
Y como un emocionante giro del destino, mi estado actual es de pura felicidad. En este momento, estoy disfrutando de la compañía de un chico especial que conocí en un bote mientras navegábamos por la hermosa Laguna Guaraíras, Brazil. Estoy sumergida en la certeza de que la vida me reserva sorpresas encantadoras. ¡Aquí estoy, lista para más risas, aventuras y descubrimientos en este apasionante viaje del amor y la vida! 💖🚤✨
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