No sé tú, pero a mí me paraban diciendo que hablaba muy fuerte y a veces pensaban que estaba enojada, y esto se debía a que no reconocía la importancia de mi tono de voz. Resulta que el tono de voz puede llevarte a tener problemas en tus relaciones interpersonales si no lo sabes manejar.
Según el Dr. John Gottman en su libro «The Relationship Cure», solo el 7% del significado de la comunicación proviene de las palabras, mientras que el 38% se debe al tono de voz. Esto significa que incluso palabras neutrales pueden interpretarse de mala manera si se pronuncian con un tono sarcástico o despectivo, provocando heridas y falta de respeto en la persona que te está escuchando
Lo que me llamó la atención es que un tono de voz suave puede percibirse como falta de confianza, mientras que uno demasiado alto puede parecer agresivo, el último es mi caso. Estas interpretaciones erróneas pueden generarnos tensiones y conflictos, afectando negativamente nuestras relaciones personales y profesionales.
La otra cara de la moneda es que si tienes un tono adecuado puedes fortalecer las relaciones, crear conexiones profundas y mejorar la comunicación en general. Por ejemplo, un tono firme pero amigable puede transmitir confianza y respeto, mientras que uno cálido y comprensivo puede generar empatía y apoyo emocional.
Cuando somos conscientes de nuestro tono de voz y lo ajustamos según la situación, podemos influir positivamente en los demás y conseguir una comunicación más efectiva y armoniosa. Esto no solo mejora nuestras relaciones personales, sino que también puede ser beneficioso en entornos laborales, ayudándonos a destacarnos y alcanzar nuestros objetivos.
Como ya es costumbre, obviamente te compartiré cómo puedes tener un tono de voz que te libere de situaciones incómodas. ¡Así que aquí vamos!
- Practica la Autoconciencia: Presta atención a cómo suena tu voz en diferentes situaciones. Grábate hablando y escucha cómo te percibes a ti mismo. Esto te ayudará a identificar y corregir tonos negativos.
- Modula Tu Voz: Varía tu tono para mantener una conversación interesante. Evita un tono monótono o demasiado alto. Practica hablar con un tono calmado y firme para transmitir seguridad y empatía.
- Controla Tu Ritmo: Habla a un ritmo moderado. Ni demasiado rápido ni demasiado lento. Esto facilita que los demás te entiendan y perciban tus palabras de manera positiva.
- Recibe Retroalimentación: Pide a amigos o familiares que te den su opinión sobre tu tono de voz. Sus comentarios te ayudarán a ser más consciente de cómo te perciben y a ajustar tu tono según sea necesario.
Por experiencia propia, y porque también tuve momentos incómodos cuando no sabía manejar mi tono de voz, confirmo que su impacto en la comunicación es innegable. He vivido situaciones en las que, sin querer, mis palabras se malinterpretaron debido al tono con el que las pronunciaba. Esto me llevó a entender que no solo lo que decimos importa, sino también cómo lo decimos.
Ahora que conoces la importancia del tono de voz, es crucial tomar medidas para mejorarlo y así fortalecer tus relaciones personales y profesionales. Un tono adecuado puede hacer que tus mensajes sean recibidos de manera más positiva, generando empatía y entendimiento en lugar de conflictos y malentendidos.
¡Empieza hoy mismo a cuidar tu tono de voz! Practica ser consciente de cómo hablas, modula tu voz según la situación y recibe retroalimentación de quienes te rodean. Al hacerlo, te vas a dar cuenta de cómo se transforman tus interacciones y cómo una mejor comunicación enriquece tus relaciones.
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