Y si te digo que puedes acabar con el estrés si comienzas a practicar la gratitud? Kini, P., Wong, J., McInnis, S., & Gabana, N. revelan en su estudio «The effects of gratitude expression on neural activity» cómo tu cerebro libera neurotransmisores (oxitocina, serotonina, dopamina) cuando expresas gratitud. ¿Y qué pasa con esos neurotransmisores? Pues comienzan a generar una regulación emocional, el estrés disminuye y entras a una estado de calma que te eleva a sensaciones y emociones agradables.
Desde pequeña he tenido la bendición de que mis padres sembraron en mí el agradecimiento y ahora considero que lo he fortalecido muchísimo más. Yo soy la prueba viviente de que sí es posible tener una vida sin estrés. Eso no significa que no tenga problemas en mi vida (mis primeros artículos son prueba de ello) y todo sea arcoiris y unicornios. Pero cuando esos desafíos llegan a mi, solo agradezco y es alucinante cómo la perspectiva de ver mi mundo cambia.
Mientras respiraba en posición savasana, mi profesora de yoga decía estas palabras «Recuerda el poder que tiene nuestro corazón, recuerda que él no deja de palpitar desde que estás en la barriga de tu mamá» para mi eso fue tan revelador y gratificante. Ser consciente del gran trabajo que hace cada uno de nuestros órganos, mientras nosotros simplemente existimos. Desde ese día agradezco por absolutamente todo. El hecho de poder haberme despertado hoy, de tener agua, comida, de poder moverme, de poder escuchar los sonidos de la naturaleza, de oler mis comidas favoritas, no acabaría este artículo si comienzo a enumerar por todo lo que estoy agradecida.
Tengo mi top 3 de acciones que he incorporado desde hace dos años atrás y si me sigues sabes el gran cambio que ha dado mi vida.
- Experimenta la gratitud a través del voluntariado: ¡Este definitivamente es mi favorito! Inténtalo una vez al mes o una vez a la semana. Vivir en servicio amplía tu perspectiva de cómo ves el mundo y contrarresta las emociones negativas. Porque no hay nada más inspirador y gratificante que ayudar a personas que te necesitan.
- Practica la gratitud diaria: Tengo un cuaderno de agradecimiento, donde todas las mañanas escribo 3 cosas por las que estoy agradecida. En las noches agradezco cuando hablo con Dios. El agradecimiento en las noches es un plus porque programa mi cerebro y entro a un estado de calma; esto me permite dormir mejor.
- Gratitud visual: Estoy segura que hace mucho tiempo no te detienes a ver tu alrededor. No aprecias el escritorio que tienes para poder trabajar, esos lapiceros que te permiten llenar de apuntes tu agenda e incluso esa silla que te sostiene por largas horas de lunes a viernes. Tómate un momento para apreciar estas cosas y agradecer por ellas.
Cuando empieces a vivir en agradecimiento estoy segura que no habrá marcha atrás. Tu capacidad de apreciación en el mundo, tu autoestima y tu resiliencia se elevarán. Esto no solo tendrá consecuencias en ti, si no que también en las personas que te rodean. Vas a desarrollar una capacidad de ponerte en los zapatos del otro, tu empatía se potenciará. La gratitud es la madre de todas las cualidades, te ayuda a sentirte más feliz, es un gran soporte para disminuir el estrés, incluso la depresión. Te ayuda a abrazar, a afrontar las dificultades y transformarlas a una forma más ligera. Todos estos beneficios en la salud mental, ¿adivina qué? también son beneficios para tu cuerpo, o sea, salud y bienestar potenciado.
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