Artículo 1. Despertando después de 24 años: Cómo superé décadas de autosabotaje y comencé mi camino de autodescubrimiento

DÍAS DIFÍCILES: ENTRE SUPERFICIALIDAD Y DESCONEXIÓN FAMILIAR

 Se acabó la pandemia y también el home office. Había olvidado las 4 o 5 horas diarias que pasaba en un bus público para llegar a la oficina y luego regresar a casa. Algo que antes había normalizado cuando estaba en la universidad, se convirtió en mi peor pesadilla. Pero, me armé de valor, hablé con mi jefa y le expresé mi completo malestar por ir a la oficina. Nunca olvidaré que rompí en llanto porque ya no quería subir más a un bus público. Lo sé, suena ridículo, pero hay un trasfondo de superación que verás más adelante. Siempre recordaré las palabras que me dijo; “No voy a minimizar tu angustia pero yo sé que puedes hacer algo para cambiar tu situación, a ti no te molesta venir a oficina, te incomoda el mal rato que pasas en el trayecto y todo el tiempo que te toma venir hasta aquí.” Tres meses después, dejé la casa de mis padres y me mudé a 10 minutos a pie de mi trabajo. Sí, me encantan los retos.

Pero no todo era color de rosa, me iba muy bien en el ámbito profesional; pero como mujer, hija, hermana y amiga estaba en la cuerda floja. Después del divorcio de mis padres, la relación que tenía con mi familia fue empeorando. Discutía a diario con papá y dejamos de hablar por más de 3 años. Mamá estaba muy triste, su dolor lo manifestaba con gritos a cada hora. Con mi hermana solo peleaba, no sabía nada de ella, estábamos desconectadas. Mi mochila en aquel entonces estaba pesada, y esperaba con ansias los fines de semana para perderme en las fiestas, reuniones, bares o las salidas a restaurantes donde reinaban las conversaciones triviales como de qué universidad habíamos egresado, en qué colegio estudiamos o a quién sus padres ya le regalaron la camioneta del año por terminar la universidad.

Eso no es todo, como mujer, lo más valioso que perdí fue mi intimidad, me refugié en la superficialidad para cubrir el gran dolor que llevaba dentro mío. Con un grupo de amigas que frecuentaba solíamos compartir con quienes habíamos estado esa semana o a quiénes habíamos conocido en la fiesta del sábado. Todo esto repercutió significativamente en mi vida. Apareció la ansiedad, las lágrimas, el estrés, los desahogos en comportamientos autodestructivos, mis defensas bajaron, comenzaron las deudas, llegó la inseguridad en las relaciones amorosas, me sentía sola y perdida en el egocentrismo; pero al mismo tiempo con muchas ganas de rescatarme y regresar a mi ser.

Reescribiendo mi Trayectoria: Del Desorden a la Serenidad

Primero, entendí y acepté que mi malestar no era por viajar en un bus público, si no por viajar a un destino sin rumbo que había normalizado en mi día a día. Decidí salir de mi zona de confort, dejé la casa de mis padres para sanar y regresar a ayudar. Busqué ayuda, me refugié en los libros de desarrollo personal, espiritual y mucho contenido motivacional. Aprendí a crear una rutina que me ayudó a desarrollar hábitos que solo me acercaban a mis objetivos.

Desde los 15 años siempre he estado fascinada por el gimnasio, pero estos cambios me llevaron a implementar actividades físicas como yoga, stretching y salir a correr. Automáticamente, esto generó que tenga un estilo de vida saludable, dejé de beber alcohol al 100%, mi consumo de carne disminuyó y mi energía estaba incrementando cada día. Como arte de magia mi círculo social empezó a cambiar a mejoría, porque ya no frecuentaba las típicas fiestas de fin de semana, las reemplace por actividades como salidas al museo, teatro, eventos deportivos y mucha playa. Esto también me ayudó a no despilfarrar el dinero y comenzar a ahorrar. Gracias a la meditación, comencé a vivir en presente, desarrolle mi intuición, me nació mucha curiosidad por la introspección personal y mi propósito de vida.

Acción: La Llave hacia una Vida Feliz

No te quedes solo leyendo, ¡actúa!. Tú y yo no somos muy distintos, entonces ¿Qué te está costando aceptar?, ¿Qué creencias te limitan a salir de tu zona de confort?, ¿Quién serías sin esas creencias limitantes?, ¿Dónde estás sin esas creencias limitantes? y ¿A dónde estás llegando sin esas creencias limitantes?. Esa persona maravillosa sin miedos es real, y eres tú. Porque si lo imaginas, lo puedes crear. Es momento de tomar acción y comenzar tu camino de autodescubrimiento.

Ahora estoy en Brasil, en una casa maravillosa con vista a la naturaleza, un árbol de ciruelas y limones en la entrada, y un árbol de coco al frente de mi balcón. Estoy esperando con ansias poder recolectar todos los frutos que me regala la madre tierra. Por mientras, intento surfear las olas del mar Atlántico. Y como sigo hambrienta de más, el próximo mes comenzaré mi certificación de Life Coach, para servir con profesionalismo, acompañar en presencia, confianza incondicional y permitirte ver posibilidades donde antes veías barreras.

Solicita una sesión de coaching con emilia

¡Hagamos Magia Juntos!

¡Bravo por llegar hasta aquí! Si te ha encantado lo que acabas de leer y sientes que merece un aplauso (o incluso un cacaocito virtual), considera apoyarme. ¡Invierte en risas, inspiración y un toque de locura positiva! Tu contribución ayuda a mantener este show en marcha. ¡Gracias por formar parte de esta experiencia y apoyar con estilo!

6 respuestas

Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *